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martes, 25 de julio de 2017

OTRO INTENTO DE RESUCITAR LOS JUEVES FUENTEROS

Y OTRA CRÓNICA ALBARDINALENSE de Mateo Serrano Escolar

El día 20 de julio de 2017, a eso de las 21 horas, como estaba previsto en la convocatoria de Pepe Rubio, comparecieron ante el muy honorable Juan Álvarez, quien por cierto cada día se parece más al venerable maestro Yoda en El retorno del Jedi, unos pocos protoveteranos para efectuar el pertinente reconocimiento.


Tras breve pero concienzudo y riguroso examen, el decano decretó que la totalidad de los comparecientes estábamos perfectamente incapacitados para practicar el deporte futbolero, con lo cual consultamos y debatimos el plan B: caminata nocturna por los parajes fuenteros.
Al salir del pueblo rendimos honores a nuestro santo y seña protoveterano, mi archirrival ante el tablero de damas, el gran Juan Antonio.
En llegando al cementerio torcimos el rumbo camino de la Casalta. Antoñico hizo cálculos de velocidad, humedad relativa, temperatura, etcétera, pues está dotado de una gran mente aritmética, como bien saben los que hayan jugado con él al subastao, y dijo que aunque lo ideal es llevar un ritmo de 8 km/h, esta noche iríamos a 5. Poco después de pasar la Casalta torcimos a la derecha hacia los Cortijos.
La marcha de los 5 km/h tiene la gran ventaja de que te permite ir hablando sin que te falte el resuello, y así, en amigable y amena tertulia el paseo resultó delicioso. Callejeamos por los Cortijos recordando casas y cosas. Cogimos el camino del Castillo y regresamos al pueblo. Nos dimos diez minutos para una ducha rápida y encontrarnos en el Callejón, la histórica sede social de la durmiente AVFL, y descubrir si Joaquín había interpretado correctamente el menú guasapeado por Pepe.
Por ironías del destino Pepe el Zarco se quedó atascado o atareado poniéndose las botas de fútbol y cuando salió a lomos de su Suzuki 250 GN no halló en la pista de futbito sino el vacío, con lo cual se libró de la caminata. "Andar es muy aburrido", suele sentenciar nuestro antiguo manigero general. Si no es para patear la pelota, ¿qué sentido tiene el desplazamiento? ¿para qué ajustar el espacio, la velocidad y el tiempo?
APÉNDICE.- Cuando paso por el Albardinal y contemplo el estado de abandono en el que se encuentra nuestro largamente ansiado y duramente logrado campo de fútbol, me viene a la mente la imagen de Charlton Heston cuando descubre la destrozada estatua de libertad. Es una imagen de la desolación, un paisaje después del hundimiento de una civilización.
 En el planeta de los simios fue una catástrofe nuclear (era la época de la guerra fría, mediados de los 60), en el planeta fuentero fue la característica desidia de nuestro pueblo, la fatal falta de continuidad en los proyectos.

EL ABANDONADO ALBARDINAL
Cómo no recordar
los versos inmortales
de Rodrigo Caro
cuando melancólico paso
por los caminos que abrazan
el teatro de los sueños
futboleros fuenteros.
Dejo para el infatigable Google
y la simpática Wikipedia
la didáctica tarea de glosar

y mostrar el poeta y su obra.